miércoles, 20 de agosto de 2014

Mi primera vez

Recuerdo esos veranos en la playa donde la única diversión era jugar con amigos. Nuestra rutina por 30 días se convertía en armar chozas, meterse al mar, hacer fiestitas y fogones. En ese entonces, lo peor que nos podía pasar es que nuestros papás nos obliguen a dormir la siesta.Para mi mamá era un ritual innegociable. Mis amigos jugaban toda la tarde y yo no, aunque a veces hacía esfuerzos para llevarle la contra. Pero generalmente, terminaba durmiendo.

La casa que alquilamos ese verano era amarilla y azul. Para ir a la playa sólo teníamos que cruzar el médano.  Para poder bañarte tenías que enchufar el calefón y esperar un rato para que el agua no salga helada. De la playa íbamos ala casa y de la casa a la playa. No había mucho para hacer, no había televisión, no teníamos Internet.La radio y el diario "La Nueva Provincia" eran nuestra única conexión con "el mundo real". FM Monte era nuestra compañía por las mañanas y las noches. El programa preferido de mi papá era “El túnel del tiempo”, que, si  ganabas alguno de sus concursos, te regalaban una docena de empanadas o churros de “La paleta loca”. Ese verano mi mamá se quedó trabajando razón y en mi casa estábamos: mi papá, mi tía Carola,mi abuela Betty, mi hermana y yo. 

Durante los primeros días de ese enero en la radio escuchamos que  una banda de Rock, se iba presentar en el balneario de al lado.  Ataque 77 había salido de gira para presentar"Trapos". Cada vez que escuchábamos la publicidad del recital mi papá  saltaba y bailaba en el comedor y se hacía el que conocía la letra. Secretamente me causaba gracia pero le decía que me parecía un ridículo.  
Era martes a la noche y la radio nos acompañaba mientras comíamos.  Fue cuando escuchamos que Attaque estaba por tocar en pocos minutos. Papá nos obligo a buscar los abrigos y subir al auto. Ami me parecía un muy buen plan pero no quería dejar de compartir esa noche con mi mejor amigo, Tomás. Fui a su casa y en dos minutos se preparó. Y de la nada emprendimos viaje por el camino de arena para asistir al que sería mi primer recital. 

La entrada salía $10 y era en un anfiteatro. En mis recuerdos queda la sensación de que había muy poca gente había mucho espacio vacío mientras que otros  disfrutaban detrás de las rejas. Apenas vibró el primer acorde, quedé fascinada con el trío. El sonido, la fuerza de la batería y la belleza de Ciro Pertusi permanecen en mis recuerdos.  Algunas canciones me resultaban conocidas pero “Estrellas” quedó grabada en mi mente. Si me pongo a pensar, tal vez encuentre una relación y es que en mi familia también somos 5 hermanos.  

El escenario era bastante grande, tenía una bandera colgada, había mucho pasto y unas vallas de madera de medio metro ideales para Tomi y para mí, enanos de 12 años que no lográbamos ver bien parados . La solución llegó al subirnos a esas tarimas y vimos mucho mejor. Pasadas un par de canciones,  al lado nuestro se pararon dos chicas, una rubia y una morocha, ambas de pelo corto. Se pasaron todo el recital gritándoles a los músicos y algunas veces lograban llamar su atención.  Lo más gracioso pasó cuando tocaron “Hacelo por mí”: las chicas se miraron y se sacaron las remeras para quedarse en corpiño. Para mí eso era muy raro. Para Tomi,el fin del recital; ya tenía algo mejor para mirar. Los ojos se le salían como a los dibujos animados.

Había pasado una hora y mi tía estaba sentada y mi hermana dormía en la falda de papá. Reconozco que el rock nunca fue lo suyo. Tomi y yo teníamos los pies cansados pero nada impedía  que disfrutemos de nuestro primer encuentro cara a cara con el Rock. 
Las luces se prendieron. El recital había terminado. Mientras me ponía la campera pude observar cómo un tipo de seguridad se acercaba a las chicas de al lado.Habían logrado su objetivo: los músicos las invitaban a sus camarines.

Esa noche todo fue nuevo.El agotamiento placentero del cuerpo, la adrenalina,  el rock que entraba por nuestros cuerpos, los olores y, sobre todo, la envidia hacia esas dos chicas que iban a conocer a los rockeros.Mis días como groupie habían comenzado.

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