jueves, 4 de septiembre de 2014

Gustavo

Día gris.

Por el teléfono llega la noticia.

Mi “ídolo” ya no está en la tierra.

Aunque hace rato que

no te sentía en este plano

la noticia inundo de lagrimas

mi ciudad de la furia.

Algunos tienen al Flaco,

otros al Indio o a Charly.

El mío era Gustavo.

Queda pendiente el encuentro cara a cara

y ese milagro que no ocurrió.

Cierro los ojos y te veo en mi.

Hiciste tanto.

Fuiste todas esas madrugadas borrachas

viendo tus recitales.

Fuiste el  último regalo de mi mamá

y el primer Quilmes Rock una noche helada

con mi hermano Michael.

Fuiste aquella promesa que hice

en el viaje de egresados y

“Ahí vamos” fue el disco que más

sonó cuando mi cuarto todavía era rosa.

Recuerdo aquel recital en Av. Alcorta

y también aquel que nunca me perdone no ir.

“Fuerza Natural” llegó para salvarme la vida.

Tu música me hizo revivir.

Soy “El Rito”. Sobre todo “El Rito”.

Soy “Trátame suavemente”,

Soy “la luna roja”, “Uno entre mil”

Soy “Medium”,  “Tu locura”.

Y ` “Magia” y “Torteval”

Soy todas tu canciones.

Y esa es la magia musical,

uno se apropia algo que no creaste

y que es tuyo por un rato o para siempre.

Tu arte es para siempre.

Hoy tal vez no quiera decir adiós,

hoy tal vez no quiera crecer.

Que triste.

El cielo cada vez se vuelve

un lugar más interesante para habitar.



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