domingo, 14 de septiembre de 2014

PAUSA

Sí esta historia fuese una película

este día lluvioso, gris, 

inútil y pesado era ideal 

para una despedida.

Parece que el dicho se cumple

y la realidad supera la ficción.


Hay escenas en la vida

que uno las ve venir.

Las intuye, las piensa, las huele

sin saber cuánto van a doler.

El conflicto de estas dos personas.

se repite una y otra vez.

El desencuentro es el enemigo.

                                 

Él todavía debe un dibujo,

el libro de Caicedo

y mil y un días juntos.

Ella le debe su corazón entero,

un  poco de estabilidad

y poder por una puta vez pensar de a dos.



El maestro abandona a la alumna

se encierra en su cueva

y Dios dirá cuando vaya a salir.

Lo que él no sabe es que en esta película 

la protagonista no se rinde.

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