Sí esta historia fuese una película
este día lluvioso, gris,
inútil y pesado era ideal
para una despedida.
Parece que el dicho se cumple
y la realidad supera la ficción.
Hay escenas en la vida
que uno las ve venir.
Las intuye, las piensa, las huele
sin saber cuánto van a doler.
El conflicto de estas dos personas.
se repite una y otra vez.
El desencuentro es el enemigo.
Él todavía debe un dibujo,
el libro de Caicedo
y mil y un días juntos.
Ella le debe su corazón entero,
un poco de estabilidad
y poder por una puta vez pensar de a dos.
El maestro abandona a la alumna
se encierra en su cueva
y Dios dirá cuando vaya a salir.
Lo que él no sabe es que en esta película
la protagonista no se rinde.
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