Me tiene atenta el tema de la edad.
Veo muchos viejos jóvenes.
Y muchos jóvenes viejos
comprando compromisos
que atentan con su libertad.
La libertad entendida como
el regalo más preciado.
La paz con uno mismo.
Estos viejos jóvenes con arrugas en su cara
despliegan energía,
el tiempo no paso para ellos.
La vitalidad se nota en la mirada
y en sus movimientos inocentes.
Parecen adolescentes
aunque algunos llevan menos pelo.
Mientras tanto, en mi cuerpo
aparece una sensación nueva.
Es admiración.
Es increíble que algunos puedan mantener
la luz y la vibración de la juventud.
Y, de repente, en mi
cabeza aparece una pregunta:
¿Quién esta más vivo?
¿Aquel que va anestesiado haciendo "lo que hay que hacer"
Para el taller de Literatura y Rock de Julia González
No hay comentarios:
Publicar un comentario