Y un día abrís los ojos. Te das cuenta que no estuviste
siendo buena con vos misma.
Que por unos días, o algunos cuantos, te volviste tu propia
peor amiga.
Que todo lo que te estaba haciendo mal estaba dentro de tu
cabeza.
Que aquel o aquello que no podías superar es tan sólo una
pintura que creaste en tu cabeza.
Y entendés que nadie es mejor que vos, que ninguna situación
puede llevarte a lugares oscuros.
Que vos sos única y que la única manera que el mundo gire a
tu favor, es sí vos te la crees, sí vos realmente tenés ganas.
Ya no queda nada que puedas arreglar del pasado y tampoco
podes seguir preocupándote por el futuro porque todavía no existe.
Sólo existe el hoy.
Logras ver que todo lo que pasó fue por algo.
Y que muchas de las mejores experiencias que tuviste últimamente
fueron consecuencia de lo que no ocurrió y que supuestamente duele.
Todo es posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario