martes, 24 de junio de 2014

Libertad

Miguel Abuelo se proclamó

tu abanderado.

Andrés Calamaro escribió

una canción tan bella

que me emocionó el día

que a escuche en la voz

de mi amiga personal Fabi.

Otros escriben poemas

y te hacen parte de su arte.

Muchos ni te conocen.


Te llevo tatuada

como lema de vida

y de búsqueda personal.

Tu presencia hace que

me mueva y me conmueva

todo aquel  que te elige

y se la banca.

Se percibe tanto en el otro cuando estas.


No es fácil, libertad,

que caminemos de la mano

porque ir juntas por momentos

se convirtió  en cuestionar todo,

y, por sobre todo,

separarme de lo que ata

y de lo que me era cómodo.


Todos los días te elijo

como forma de vida

y como amiga.

Desde que te conocí las cosas

andan mejor.

La vida se volvió más interesante,

más divertida y sentida.

 Hoy nada es tan grave.

Los juicios, de a poco,

empiezan a ser menos.


Todo es una elección.

Con cada una de ellas,

abrís un camino nuevo.

Llego el momento:

¡Brindemos!

desde que te conocí

lo ruidoso se volvió  música.




Dedicado a Irene Castro, mi maestra en este asunto de La Libertad.

miércoles, 18 de junio de 2014

Despedida

Hace un tiempo que no me siento cómoda.

Hace tiempo que algunas charlas se me han vuelto una carga

y este es mi momento de decir adiós.

No es un adiós para siempre

ni tampoco siento que les estoy dando la espalda

sino que  ser feliz

(o la imagen que yo tengo de ello)

 lo veo distinto a la suya.


No me juzguen.


Sí no atiendo el teléfono,

no es la muerte de nadie

es tan sólo que tal vez no estoy preparada.

O tal vez no tengo ganas.

Y sí es que no estoy,

por un rato te va a molestar

pero después te vas a acostumbrar.

Y si realmente necesitas de mí,

sabes dónde me vas a poder encontrar.

 Puede que moleste pero

necesito que ya no me duela nada

que nada me asuste,

que nada me prohíba ser quien de verdad soy.

No se preocupen.

Voy a estar bien

buscando mi felicidad. 

martes, 10 de junio de 2014

Camino

Y de repente estaba parada sola.

Mi corazón y yo.

Mi cabeza y yo.

Mis inseguridades y yo.

En frente estaba mi camino.

Un camino bello y complejo a la vez.

Lleno de desafíos

y puertas que se abrían

una tras otra.

Se veían flores amarillas,

rosas con espinas

y algún yuyo mal cortado.



Una vez derribada la pared,

por primera vez

me enfrenté a lo que venía.

Acepté que llegaba lo nuevo.

Y ahí estábamos

frente a frente

mi camino y yo.

Lo mire y llore.

Mire para atrás y

llore aún más.

Pude ver a personas

que ya no reconozco.

Rostros empañados

y cuerpos deformados.

Lugares y conversaciones sin sentido

se escondían en la niebla.

Di media vuelta

y me fui hacia la luz.

Atrás quedo lo oscuro,

lo no claro.


Y así fue como me fui en búsqueda

de mis sueños y de la verdad.

Pero hay algo que olvidé.

El sol  brillaba más cuando éramos dos.