jueves, 19 de diciembre de 2013

Navidad



Fin de año, Diciembre, calor en la ciudad. Este es el panorama que se vive en las llamadas “fiestas”. Colas y trasnoches en los shoppings: un descuento vale más que la propia vida.

¿Alcanza pasarla así por una sola noche? ¿Acaso no existe el espíritu navideño? 


Hace un par de años que no veo la navidad de la misma manera. Es una linda reunión familiar donde uno comparte con los que quiere mucho y, a veces, no tanto pero creo que saca una parte del ser humano creada por el marketing y la publicidad que es el consumismo. Es casi imposible escaparse, porque mires donde mires siempre esta. No significa que este mal, ni mucho menos, porque cada uno vive como quiere y como puede, pero de alguna manera esta “fiesta” me hace ruido.


De chicos nos enseñaron que un día al año iba a venir un señor de traje rojo y nos iba a regalar algo porque sí. Pocos realmente saben quien era Santa Claus y que hacía. Depende del sitio en que leas vas a encontrar una respuesta diferente pero con un mensaje en común. Este señor tenía un fin: disponerse para los demás, ayudar con las necesidades que el otro tiene.


Y ahí va el punto que quería llegar. Se ve a las personas más desesperadas por comprar la comida o los regalos que de verdad pensar en el otro. El otro entendido como el que necesita un poco o mucho más que vos. Como hacía el mismo señor que nos daba un regalo cuando eras  un niño, aquel que tal vez esta perdido en el interior y que debido a estas cosas superfluas no puede salir.


No quiero ser el Grinch de la Navidad, desde lo más profunfo  deseo que paremos un poco la moto, miremos hacia adentro, nos conectemos con quien de verdad somos y con el que está al lado. No hace falta hacer un cambio drástico para conseguirlo, tan solo mirando un poco más, escuchando al otro y dando de tu tiempo se puede dar.



Paz y amor en este tiempo donde el calor pesa y la mirada se nubla!

1 comentario: